Me he puesto a contar los años y he descubierto que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora... Me siento, como la cancion del poeta Mario de Andrade, con el paquete de golosinas más de medio y quiero empezar a saborear profundamente las golosinas que me quedan en el paquete.
He empezado a abandonar las reuniones intranscendentes donde se discutía sobre estatutos, procedimientos, formalidades, etc., sabiéndo que al final, hablaríamos y trataríamos de todo para que, en el fondo, todo continuara lo mismo.
Ya no deseo seguir soportando a personas absurdas que han crecido solamente con la edad cronológica y que han quedado enganchadas en sus mediocridades. Estoy cansado de compartir mi vida con personalidades que tienen sus egos inflamados y que aprobechan cualquier maniobra o debilidad para sacar ventaja de las miserias que, a veces, tenemos los seres humanos. Aquellos que se apropian de los talentos y los logros de otros para utilizarlos en su beneficio y que desacreditan a los dueños legítimos de los mismos. No quiero seguir pensándo en esas cosas que hacen que mis golosinas amargen y sean poco agradables al paladar de mi alma.
Busco la esencia, ya que mi alma tiene prisa, puesto que tengo menos de medio paquete de golosinas. Quiero estar al lado de la gente humana; muy humana, que pueda reirse de sus errores y que sus triunfos no les envanezcan, que no se consideren con derecho al premio antes de que se lo dén, que asuma con entusiasmo sus responsabilidades y que, sobre todo, defiéndan la dignidad de los seres humanos; que sus compañeros de camino en la vida sean la verdad y la honradez que unidos a la bondad hacen que la vida valga la pena vivirla.
Desearía rodearme de personas que sepan tocar el corazón de la gente para aprender de ellas y para que las golosinas que me quedan sean más dulces, gente a la que los golpes duros que le ha dado la vida se hayan convertido en toques suaves en su alma.
Tengo prisa para vivir ese tipo de vida que la madurez proporciona. Deseo que las golosinas que me queden en el paquete sean lo más dulces posibles. Pero desearía que cuando comiése la última golosina que tenga el paquete estuviera en paz conmigo mismo y con todos los que para mi son importantes. Espero que la tuya (tu madurez), sea la misma, ya que de cualquier manera, llegaras...