13 enero 2010
LAS PELÍCULAS DE NUESTRA VIDA.
La tarde esta gris, lluviosa, llena de un cielo plomizo tirando a negro. Desde la ventana veo caer las gruesas gotas de agua que se estrellan de una manera violenta contra el cristal. Parece que Dios y Noé han vuelto a hacer un pacto secreto para anegar la tierra de agua, pero esta vez sin salvar a ningún tipo de animal.
La tarde invita a la melancolía y al recuerdo de aquello que pudo ser pero que no fue, sensaciones que estan pasadas por el agua de la tarde que cae sin cesar y que terminan por diluirse en lo profundo de nuestros pensamientos. Esos pensamientos tan agitados algunas veces y tan calmados las menos. La tarde pues, invita a inicar un viaje por nuestra mente colgando las fotografias de nuestros recuerdos, exhalándo el aliento de nuestra alma para darles vida y ponerlas en movimiento como en aquel cine de las cálidas tardes de verano; al calor (nunca mejor dicho), de una bolsa de pipas y un refresco.
Tenemos muchas salas donde se proyectan las películas de nuestra vida. Podemos elegir el tipo de película que podemos visionar como puede ser de acción, drama, comedia... Cada una, en su sala correspondiente; es decir, en la parte de nuestra vida que nos ha tocado vivir esa experiencia.
Asistiremos a nuestros amores y desamores, éxitos y fracasos, alegrias y tristezas, etc. Todo ello sin pagar nada, puesto que el precio lo hemos pagado mientras rodábamos esas escenas de nuestra vida, y, por tanto, solamente nos queda el recuerdo del pago de un peaje que hemos tenido que pagar para montar los recuerdos que componen la película de nuestra vida.
El gris de la tarde se torna más y más oscuro, ya no se distinguen las siluetas de los tejados y el alumbrado de la calle empieza a suplir la ausencia de luz. Puede que la sala de cine se esté oscureciéndo para que la película que hemos elegido comience pronto. La lluvia no termina de cesar, se refugia en las sombras, son sombras que van tomando el espacio de la tarde para convertirla en noche, sigue golpenado con violencia el cristal, la oscuridad se ha apoderado de las gotas que se oyen pero que la oscuridad de la noche no deja divisar.
La pelicula que he elegido va a comenzar. Vamos a ver si está apagado el movíl de la rutina de las cosas para que no nos distraíga con las cosas del día a día.
Un saludo para todos.
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