31 agosto 2009

LA VUELTA DE LAS VACACIONES.


Llega el momento en el que tenemos que cambiar la sombrilla, la tumbona y el flotador por el maletín o la agenda y el cuadrante. Si, es ése momento que ninguno quería que llegara pero que por fin o lamentablemente (según se mire) ya esta aquí. Estamos hablando de la vuelta al trabajo que tanto nos ha hecho pensar sobre todo en esta última semana. Queda atras aquello que pensé hacer cuando tomé las vacaciones pero que al final (como siempre), lo he dejado para una mejor ocasión. Sabeís, creo que la maldita procrastinación (perdón por el palabro) no nos permite muchas veces avanzar en nuestras decisiones, eso de dejarlo todo para el último momento se nos da de bien que no veas a menos de nada, somos capaces de instalarnos en la pereza con un contrato indefinido.

Mañana, llegaremos y daremos besitos a diestro y siniestro, contaremos las maravillosas vacaciones que hemos tenido o no hemos tenido. Mediremos el tonito de la piel con el resto de la media (por cierto, Antonia, ultimamente, gana todos los años) para después volver a la rutina del día a día. Se nos pasará por la cabeza que esto es un asco, que siempre hacemos lo mismo, que hay que ver lo "agustito" que estaba yo y ahora aquí aguntando... En fin, bienvenidos al sindrome post-vacacional.

Una cosa que nos debe de ayudar a superarlo es que con la que esta cayendo, todavía tenemos un sitio para ir a trabajar que no es poco. Bien es verdad que nos estan crucificando por todos los lados; pero eso ya lo sabíamos (cucha como lo del anuncio del banco ese), que la gente cuando gana dinero en cantidad te mira con pena y cuando deja de ganarlo te mira con cierta envidia. Llega a decir que la causa de sus males eres tú, da lo mismo que seas funcionario o laboral, tu tienes un trabajo para toda la vida (cómo la canción de la Oreja de Vangog) y yo tengo que devolver el BMV y me quitan la casa ya que me he quedado en paro y no puedo hacer frente al lujo y la ostentación que pensaba que me podía permitir con mi sueldazo que todos los años se revalorizava un 8%. Cuando yo le decía que me habían subido un 1% se desternillaba de risa y me decía que no tenía inquietudes en la vida.

Es curioso como muchas veces aquello que en un principio se puede detestar con el paso del tiempo se puede envidiar y desear tener. Atrás queda la risa estentórea y la fanfarronería de taberna que nos pueden hacer pensar un poco en la fábula de la hormiga y de la cigarra. Es cierto que el caviar no se puede tomar todos los dias ya que no hay para todos, yo soy uno del 1% que no he podido comprarlo y me he tenido que conformar con el pan y las huevas de lompo como mucho.

En la época de bonanza económica yo hacía mi trabajo; el mismo que ahora, y nadie me custionaba que lo que hacía no era importante; como ahora, ni trascedente; como ahora. Entonces ¿porqué ha pasado a ser objeto de tanta expectación? Yo sigo haciéndo recados y abriendo la puerta y alguna cosa más por la que no cobro (que nadie se vaya por lo malo ehhh que os conozco); luego estoy trabajando más que para lo que me han contratado. ¿A qué viene ese repentino interes por evaluar mí trabajo como el del resto de los compañeros? Somos los mismo de antes; aquellos que ganaban poco cuando tu ganabas mucho y te reias de nosotros, pero sabes... nosotros a diferncia tuya no nos hemos reido nunca de ti. Es más nos hemos alegrado cuando te ha marchado la cosa fenomenal ya que no podría ser de otra manera. Es más, a pensar de todo lo que nos criticas cuando sale algo en esta empresa que se gana poco nos falta tiempo para ponernos en contacto contigo y decirte lo que hay ya que ahora, tu también quieres ganar poco. ¡Ojala y tengas la "suerte" de entrar en la empresa que se gana poco algún día! Créeme, nos vamos a alegrar.

Un saludo cordial y todos y feliz rgreso de las vacaciones.

11 agosto 2009

LA INDECISIÓN Y OTRAS COSAS.


Podemos definir la decisión como un corte con un estado anterior que no nos gusta o que no nos agrada para cambiarlo por otro más acorde con lo que deseamos o pretendemos en ese momento. El fruto de esa actitud nos lleva a experimentar un cambio que normalmente nos pone más en consonancia con aquello que queremos. Etimológicamente hablando la palabra decisión procede del “caedere” que significa cortar.
Anteriormente a que se produzca este cambio, nuestra mente se encuentra sometida a un proceso de deliberación en el que debemos de decidir aquello que queremos; es decir, tenemos que decidir cortar con algo anterior o cambiar alguna situación anterior para llegar a un nuevo estado o situación más aproximada con lo que deseamos.
Para algunas personas el acto de decidir puede ser un obstáculo insalvable. Cuando esto sucede decimos que esas personas son indecisas o irresolutas y puede llegar a convertirse en un estado patológico que necesita la ayuda de los profesionales adecuados para que estudien el problema y decidan la pauta terapéutica que hay que seguir con estos pacientes.
Ante cualquier problema en el que haya que tomar una decisión, la persona delibera de una manera interminable y sin cesar hasta que se produce un acontecimiento externo que no es controlado por ella que para ese proceso que es del todo inútil y que psíquicamente termina por agotar la mente de la persona indecisa.
La indecisión suele derivar en un estilo afectivo acobardado, que generalmente tiene un temor exagerado a equivocarse o a todo lo que representa una novedad o algo desconocido que no se puede o no se sabe cómo controlar. En ese estado, el sujeto prefiere lo que dice el refrán de lo malo conocido a lo bueno por conocer; aunque lo malo conocido le haga sufrir ya que si “decide” se le condena a un infierno.
Dos filósofos nos dicen cosas sobre la indecisión: Kierkegaard explicó que la angustia es la conciencia de la posibilidad y Fromm la ve como el miedo a la libertad. Sea de la manera que sea, ambos nos muestran la raíz del problema de la indecisión y que no es otro que la angustia y el miedo. La angustia que supone aquello que tengo que elegir y el miedo a lo que pasará cuando decida; sobre todo si me equivoco con lo que he decidido.
La experiencia nos demuestra que la peor decisión es aquella que no se toma, ya que la indecisión en definitiva es decidir no hacer nada y dejar que el tiempo pase o que otros tomen las decisiones por nosotros. Luego decidimos incluso cuando no somos conscientes de que estamos decidiendo. Finalmente, lo que hemos decidido es que otros piloten nuestra vida por nosotros ya que nos evitamos la angustia y el miedo de tener que decidir de una manera consciente.
La indecisión tiene un terrible poder negativo sobre las personas. Es sencillo, porque quieras o no quieras, al estar indeciso el tiempo pasa, y el tiempo y otros toman la decisión por ti . EL TIEMPO Y OTROS DECIDEN POR TI. La indecisión paraliza la facultad de razonamiento, destruye la facultad de la imaginación elimina la confianza en sí mismo, socava el entusiasmo, desanima la iniciativa, conduce a la incertidumbre de propósito estimula la dilación, elimina el entusiasmo y convierte el autocontrol en una imposibilidad, destruye la posibilidad de pensar con exactitud, distrae la concentración del esfuerzo, domina la perseverancia, reduce la fuerza de voluntad a la nada, destruye la ambición, ensombrece la memoria e INVITA AL FRACASO EN TODA FORMA CONCEBIBLE.
Si somos emprendedores, o en vías de serlo, tenemos que constantemente estar tomando decisiones y muchas veces consideramos “esencial” tomar la mejor decisión. Casi siempre analizamos la situación solo desde dos puntos de vista: (a) un escenario “bueno” y (b) un escenario malo y, por lo tanto, las opciones siempre serán o buenas o malas.
Desde mi punto de vista, esta es una concepción equivocada que influye en forma negativa respecto a nuestro proceso decisional.
Seguramente habréis escuchado el viejo adagio ese que dice que “lo que importa no es la decisión que se toma sino lo que se hace con la decisión que se toma”. Esto es cierto y no importa tanto sobre qué decisión se refiere.
Pues bien, yo estoy convencido que ello es así ya que la vida no se trata solo de “tomar las decisiones acertadas” sino de lo que se trata es de nuestra actitud para afrontar la vida y lo que hacemos con las opciones que la realidad nos presenta.
Nuestro pequeño Hamlet interno
Permanentemente nos enfrentamos a dilemas que generan dudas semejantes a las que tenía el Príncipe de Dinamarca, no tanto como para matar a un rey pero sí para decidirnos entre actuar o no actuar.
En función de ello, hay algunas cuestiones que podríamos tener en cuenta para ayudarnos a decidirnos
1) Una constante adaptación a los cambios
Tenemos que tener en cuenta que ninguna decisión que tomemos habrá que considerarla lo suficientemente rígida como para no volver a analizarla en función de los cambios de las circunstancias.
En todos los casos, tengan presente que lo que importa es la estrategia, pero la táctica debe revisarse en forma periódica. Por ejemplo, puede ocurrir que el escenario que se analizó para tomar una decisión cambie y eso requiera un nuevo análisis y, a la postre, una nueva decisión; o que los gustos de los consumidores cambian; o las personas reaccionan ante nuestras decisiones, decidiendo ellas también o que el escenario sea variable. Como observan, ejemplos sobran.
2) El problema de la falta de confianza
Muchas veces la indecisión es producto de una falta de confianza en nosotros mismos. En muchos casos dudamos de nuestras posibilidades y esa sola duda genera en nosotros limitaciones. Por eso, muchas veces resulta aconsejable seguir nuestros instintos y confiar que la situación tenderá a acomodarse mientras andamos.
3) El asunto de las expectativas
Muchas veces tenemos que tomar decisiones que no son compartidas por nuestros colegas y hacemos mucho hincapie en las expectativas que los otros han puesto en nosotros. Obviamente que siempre hay que tener en cuenta una diversidad de opiniones suficiente ya que ello genera un input muy importante pero, en última instancia, si pensamos que el camino elegido es el mejor, eso será lo que tendremos que hacer.
4) El tema de las prioridades
Este sí que es un tema difícil. La verdad es que la vida es una constante de enfrentarnos a escenarios donde tenemos que tomar decisiones relacionadas con nuestras prioridades. Lo importante, siempre, es preguntarnos para qué hacemos lo que hacemos. Si tenemos una clara definición de nuestras prioridades será bastante fácil definir una situación de indefinición. Por ejemplo, si nuestra familia es una prioridad, será sencillo definir una decisión relacionada con un trabajo que nos demande mayor compromiso del que estamos dispuestos a otorgarle. Piensen que es imposible quedar bien con Dios y con el Diablo y que no se puede tener todo. Para estas situaciones dudosas, tener en claro nuestras prioridades siempre resulta de una ayuda muy valiosa.
Un último y lindo consejo:
El que no apuesta no gana.
Esto seguro que a todos nos paso alguna vez. Hay momentos donde nuestra cabeza gira en torno a una decisión y las innumerables cuestiones y problemas relacionados con los posibles escenarios. En vez de considerar tanto los problemas habría que pensar mejor en las oportunidades. Si nos mantenemos indecisos, siempre encontraremos algún problema que nos impida avanzar, en cambio, si nos enfocamos en los beneficios potenciales, en ver el vaso medio lleno, sin lugar a dudas seremos más ejecutivos.
Espero que el post de hoy haya servido un poco a aclararos. A mi todavía me genera dudas. Jejeje.

06 agosto 2009

UNA VIDA DEDICADA A LA INVESTIGACIÓN DE LA HISTORIA EN LAS NUEVAS POBLACIONES.



Ayer, día 5 de agosto se presentó en la sede que la Fundación que Caja Rural tiene en La Carolina el libro "BIOBIBLIOGRAFÍA DE CARLOS SÁNCHEZ-BATALLA MARTÍNEZ ENTRE LA AMISTAD Y LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA" de nuestro cronista carolinense Gillermo Sena Medina. El acto dío comienzo pasadas las 20:30 de la tarde con una presentación de los intervinientes por Luis Jesús García Lomas que es el presidente de la Fundación Caja Rural de Jaén en La Carolina, asistiendo también al acto el Presidente de la Caja Rural de Jaén y los diferentes estamentos políticos, sociales y culturales de nuestra localidad.
El autor del libro D. Guillermo Sena verso sobre las virtudes académicas, sociales, culturales y sobre todo humanas del protagonista del libro destacando entre otros rasgos los de un docente comprometido con la enseñanza y con sus alumnos, a los que le unía un especial afecto con la gran mayoría de los que pasaban por sus clases. Destacó también la incasable labor de investigación llevada a cabo en el campo de la prehistoria en la Nuevas Poblaciones y los multiples descubrimientos de yacimientos y poblados prehistóricos que junto con las pinturas rupestres, le hizo una referencia obligada de todos los investigadores históricos. Persona tenaz, de trabajo concienzudo y erudito; D. Carlos es el típico "ratón de biblioteca y de campo" y referente a la hora de iniciar cualquier investigación histórica relacionada con las Nuevas Poblaciones como lo avala su participación en imnumerables actos de carácter cultural y académico.
El libro también hace mención a su etapa de "chaval" con multitud de anécdotas simpáticas y cariñosas propias de la época que le tocó vivir. Dichas anécdotas son autobiográficas del protagonista del libro y el autor solamente las ha plasmado tal cual le paso las notas sobre las mismas el susodicho protagonista. Son un referente que nos muestra un poco la diversión tan diferente de los muchachos de aquellos tiempos a la diversión de nuestra época contemporánea de nuestra juventud.
También encontramos en el libro una serie de artículos y colaboraciones del protagonista a lo largo del tiempo. Solamente es una muestra de la ingente colaboración que D. Carlos ha tenido en toda su trayectoria vital hasta nuestros días, es una pequeña pincelada que nos muestra a través de la misma, la personalidad y el semblante de una persona comprometida con su vocación y con su labor en todos los campos de su prolija y productiva vida.
Yo, personalmente, me he emocionado al encontrar en el libro un relato de un descubrimiento en el cual era acompañado por mí padre Trinidad Borrás el cual, también parece ser que puso su granito de arena en el proyecto investigador del protagonista del libro.
Solamente me resta decir que el pueblo de La Carolina debería de tributar a este carolinense de adopción su reconocimiento por la labor de investigación que ha desempeñado durante tantos años junto con su esposa que siempre le ha alentado, acompañado y ayudado en todas los proyectos que ha acometido. Finalmente, me queda agradecerle toda la labor que ha hecho por mi pueblo para que lo conozca no solo un poco sino un mucho, gracias a su esfuerzo y dedicación. MUCHAS GRACIAS D. CARLOS SÁNCHEZ Y QUE DIOS SE LO PAGUE.

04 agosto 2009

TEORÍA DE LA PERSONALIDAD DE JOSÉ ANTONIO MARINA.

El filósofo José Antonio Marina en su obra "La Inteligencia Fracasada" habla de tres etapas en el desarrollo de la personalidad. Una primera etapa es la que él llama personalidad recibida que la define como la estructura de la personalidad y que esta condicionada genéticamente de una manera fuerte o principal y que desarrolla las funciones intelectuales básicas, el sexo y el temperamento. A continuación, habla de la personalidad aprendida que define como el carácter, que se compone de un conjunto de hábitos cognitivos, afectivos, etc. que se sustentan en la personalidad recibida es decir, se adhieren a la personalidad primaria; son los caminos que tenemos marcados para ir a los sitios y que hemos comprobado que no admiten error; y por último, habla de la personalidad elegida que incluye el proyecto vital, el sistema de valores y creencias, etc. dice el autor que es la inteligencia ejecutiva. Para poder tener una interacción sobre ellos el autor propone una actuación sobre la matriz personal y la participación de los diversos tipos de creencias. Esto nos llevará (según él) a configurar nuestros hábitos afectivos (apegos sentimentales y motivaciones a la hora de hacer las cosas). Podríamos prenguntarnos: ¿Podría cambiar los hábitos adquiridos durante tanto tiempo? ¿Estaría en condiciones de adquirir aquella serie de valores que para mi son importantes y que veo imposible? Cambiar es la gran esperanza de mucha gente, que devora los libros de autoayuda en busca de aquello que necesitan o de otro tipo de gente profesionales y no tanto. En definitiva se busca un "pequeño consuelo" que nos haga sentirnos mejor.
Podemos afirmar que las personas son capaces de cambiar dice el autor. Pero para que ese cambio se dé es necesario reconstruir una personalidad más inteligente desde abajo, haciéndo que los grandes esquemas que nos regulan negocien de una manera provechosa con esos "pequeños reinos de taifas" psicológicos. La democracia es una buena manera de empezar la negociación con nostros mismos. Dice el autor que es como si estuvieramos aprendiendo un idioma y no le falta razón ya que de lo que se trata es de leer nuestro mundo o el mundo, como más os guste, de otra manera.