No es ningun secreto que el pesimismo se desata en el interior de las personas influenciado por causas externas. Nos invade el pesimismo cuando tomamos constancia de lo insignificantes que somos ante una realidad absurda, grande e inabarcable para nuestra conciencia. Vemos que dicha realidad nos conduce hacia una muerte inevitable como último destino y que utiliza al tiempo como encubridor de la misma.
Es verdad que los avances que se han producido en todos los campos de la vida han sido muy notables, pero los verdaderos problemas que tenemos proceden de nuestra subjetividad, que termina por enseñarlos que estamos solos e insignificantes ante la eternidad que supone el tiempo; solos con nuestra muerte, con la muerte inmanente del ser.
Decía Cioran:"La naturaleza, buscando una forma que pudiera satisfacer a todo el mundo, eligió la muerte, pero como era de esperar, no ha satisfecho a nadie". Y, André Malraux también comenta:"La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida".
Es falso que vivamos en el peor de los mundos posibles. Hemos avanzado mucho en todos los campos pero hay una cosa en la que nos hemos quedado muy estancados y es en la evolución de los valores que dan calidad a los seres humanos. El comportamiento endogámico que postulan las sociedades de hoy, conduce irremediablemente hacia el pesimismo por la sencilla razón de que la forma de pensar que se impone conduce hacia la individualidad y, dificilmente, desde lo individual podemos atacar los problemas que tenemos las sociedades como tales.
El pesimismo se combate desde la colectividad pero nunca desde la individualidad y para cambiar eso, debemos cambiar el modelo de valores que se ha impuesto en los últimos años.
Recomiendo la lectura del libro de más abajo para clarificar algunos de los conceptos que hemos expuesto más arriba.
Un saludo para todos.
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