15 septiembre 2009
EL PODER DEL PENSAMIENTO.
Dicen que de nuestro pensamiento luego depende el mundo que construimos. La energía sigue al pensamiento.
Nuestro pensamiento puede encerrarnos en una caja pequeña y miserable que nos maltrata sin cesar y nos lleva por caminos y pensamientos tortuosos manteniéndonos esclavizados a ellos y por consiguiente, generarnos una vida miserable; o por el contrario podemos tener una visión panorámica de las cosas que nos prepara y predispone para todo lo contrario dándonos una verdadera dimensión de la realidad que nos rodea.
El pensamiento amplio, panorámico, nos devuelve la verdadera dimensión de nuestra vida, pudiéndo conectar con las regiones más sutiles de nuestro ser donde recibiremos una energía de gran pureza cómo nunca antes la habíamos conocido. Esta energía es como si nos limpiara y vivificara.
Este tipo de energía emana de nuestro interior hacía el exterior y transmite unas sensaciones como nunca antes las habríamos percibido ya que podríamos decir que pensamos como seres elevados y espirituales viniéndo todos los demás carismas (paz, tranquilidad, sosiego...), por añadidura.
Podemos decir en cierta manera que nuestros pensamientos nos contruyen y por tanto, nuestra manera de encarar la vida descansa sobre nuestros pensamientos.La limpieza o turbidez que observamos a nuestro alrededor, en nuestra vida cotidiana, en las relaciones con los demás, tiene su origen en nuestros pensamientos. La belleza o la fealdad son conceptos subjetivos, y son, antes que nada, fiel reflejo de la belleza o fealdad que anidan en nuestros pensamientos.La energía sigue al pensamiento, y la energía, como sabemos, tiene la capacidad de densificarse o volatizarse. De aquí que no se deban combatir los “malos pensamientos”, porque si focalizamos ahí nuestra intención, les estamos dando cuerpo, entidad, echan raíces, se densifican…, con lo cual es peor el remedio que la enfermedad. El truco consiste en intensificar los pensamientos bellos, de forma que vayan ocupando paulatinamente todo el espacio vital donde habitan, dejando que los feos se apaguen por sí solos hasta su extinción final, o lo más cerca posible de ello… Eso me comenta mi querido amigo PASEANTE en un blog del que somos seguidores (éste último párrafo).
Os pongo a continuación la llamada ley de la atracción que me ha resultado interesante y que pienso que tiene materia para reflexionar de una manera profunda y que me ha enviado mí amigo Dhanab:
Ley de Atracción
Limítate a ser quien eres: sereno, transparente y brillante.
Cuando irradiamos lo que somos, cuando sólo hacemos lo que deseamos hacer, esto aparta automáticamente a quienes nada tienen que aprender de nosotros y atrae a quienes sí tienen algo que aprender y también algo que enseñarnos”.
Richard Bach
La ley de atracción es esencial para la comprensión de la condición humana y afirma que eres un imán viviente. De forma inevitable atraes hacia el círculo de tu vida a aquellas personas y situaciones que estén en armonía con tus pensamientos dominantes. Las almas gemelas se atraen. Los pájaros del mismo plumaje van juntos en bandadas. Todo lo que en tu vida hayas atraído hacia ti, lo has hecho por la clase de persona que eres y especialmente por tu forma de pensar.
Tus amigos, tu familia, tus relaciones, tu trabajo, tus problemas y tus oportunidades han sido atraídos hacia ti por tu modo habitual de pensar en cada una de estas áreas.
Tenemos un ejemplo de esto en música llamado el principio de resonancia simpática. Si se colocan dos pianos separados en una habitación grande y se golpea en uno de ellos la nota «do», se puede ir seguidamente hacia el otro piano para observar que en él la cuerda correspondiente a la nota «do» está vibrando con idéntica intensidad que la cuerda hermana del primer piano. Pues bien, según este mismo principio, tú tiendes a conocer y relacionarte con gente y situaciones que vibran en armonía con los pensamientos y sentimientos que te dominan.
Si miras cada uno de los aspectos de tu vida, tanto positivos como negativos, te darás cuenta de que todo tu mundo está fabricado por ti y que, cuanta más carga emocional pongas en un pensamiento, más grande será la intensidad de la vibración y más rápidamente atraerás hacia tu vida a gente y situaciones que sean afines a dicho pensamiento.
Eres como un imán atrayendo limaduras de hierro. Tus pensamientos constituyen una forma de energía que vibra a una velocidad determinada en función del nivel de intensidad emocional que acompañe al pensamiento. Cuanto más excitado o temeroso estés, más rápidamente tus pensamientos irradiarán de ti y atraerán hacia tu vida personas y situaciones afines.La gente feliz y alegre parece que atrae a otra gente alegre y feliz.
La Ley de Atracción es la más poderosa ley del Universo… tal vez por eso también nos unimos en la blogosfera.
Siembras un pensamiento y recoges un acto. Siembras un acto y recoges un hábito. Siembras un hábito y recoges un carácter. Siembras un carácter y recoges un destino.
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