20 septiembre 2009

EL VALOR DE LA AMISTAD.


Hoy escribo este post por una persona muy especial. Esa persona llego a mi vida por motivos laborales. Al principio no me había fijado lo suficiente en ella, pensaba que era otra de las personas que pasarían por este trabajo como anteriormente pasaron otras muchas y que cuando cumplieran los plazos de su contrato sería otra más de las muchas que han pasado por esta casa.
Al principio la comunicación fue más o menos correcta ya que sólo mantenía una relación profesional; pero, poco a poco, esa relación se fue estrechando hasta convertirse en una AMISTAD. Si, digo bien, AMISTAD con mayúsculas.
Esta "persona" ha pasado ha ser importante en mi vida, no me pregunteís cómo pero ha sido así, es la típica persona que se va haciéndo un hueco en tu corazón y que sin darte cuenta se hace con una parte importante de él.
Como diría Ramiro Lacalle la amistad de esta persona es solar; es decir, que esparce sus rayos en todas las direcciones, y que a diferencia de la luna, brilla con luz propia. Esta persona esta sacando de ella misma lo mejor que tiene ya que su amistad es desinteresada.
En todo caso, como casi todo lo humano que merece la pena, nuestra amistad se basa en la generosidad; es decir, la capacidad de efusión y de donación. Yo siempre sentiré gratitud hacia ella ya que me dá porciones inmerecidas de su realidad y cuantas más me dá, más inmerecido me parece.
La amistad es una relación intima, de persona a persona, pero hecha a la vez de respeto, no ya a la persona, que es el requisito de toda relación humana valiosa, sino a la intimidad del otro. La amistad no es invasora. Esta hecha de contención, de limitación, de refrenarse y buscar la distancia justa; por eso termina siendo una relación elegante.
Para mí constituye un valor esencial ya que gracias a ella me educo, me enriquezco y me perfecciono; incluso me descubre y me interpreta y todo ello, me lo muestra como si fuera un espejo. Ella también me enseña a conocerme un poco mejor y siento como se conjuga plenamente el verbo estar gracias a ella. Despierta en mi lo que los teólogos llaman amor sensible debido a su ternura y bondad.
Gracias Paky, por lo mucho que me aportas como ser humano. Cómo diría Orson Wells: "Eres un animal maravilloso".

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