13 septiembre 2009



Una persona que no tiene amigos es como si viviera en un desierto. Pero, ¿Quién nos puede dar un significado real de la palabra amistad? Es tan abstracto y complejo como querer definir justicia o amor. He aprendido que la amistad es algo que tan solo se vive, y que ninguna amig@ será igual a otr@ que alguna vez hayamos tenido.

Una vez leí una frase de un filósofo chino, que decía que una amistad es como una relación de pareja, pero sin los momentos eróticos, y es tan cierto esto… Con un pololo, puedes llorar, reír, confiar, pelear, etc. y con una amiga también, la única diferencia está en los besos.

Un amigo es quien está ahí para ayudarte, apoyarte, entenderte y sin juzgarte, porque los amigos son los que conocen todo de ti, defectos y virtudes, y aun así te siguen queriendo.

Hoy me siento un poco más huérfano ya que una gran amiga se despide de nosotros, es una persona cuyos valores y principios están fuera de toda duda. Llego en silencio a nuestras vidas y terminó por apoderarse de nuestros corazones. Pasó por ésta casa sin hacer ruido y sin hacer ruido se va.

Querida amiga: ¡Cuántas cosas he aprendido de ti! Has sido mi maestra en enseñarme el arte de la discreción, también me has enseñado la elegancia y el estilo en las formas. Públicamente nunca te he escuchado hablar de otras personas en tono negativo. Tu aparente reserva no era otra cosa más que una sutil discreción en las formas y en el fondo.

Benditas mañanas que he tenido el honor de compartir contigo y que ahora que te marchas pienso que han sido pocas y es más, me saben a poco. ¡Cuánto voy a echar de menos tus risas! ¿A quién voy a contar ahora mis chistes que tanta gracia te hacían? Nos dejas un poco más solos en este trabajo que tenemos; agradable algunas veces y otras no tanto.

El tiempo seguirá pasando y las personas como tú marcarán un antes y un después en nosotros ya que como dije anteriormente, nos has robado el corazón y te lo llevas contigo. Solamente me queda decirte que he aprendido muchas cosas de ti. La labor callada, el trabajo bien hecho, la conciliación de posturas encontradas y podría seguir así no se cuanto tiempo. Pero hay una cosa que me ha llamado la atención especialmente y es tu lealtad.

Siempre será para mí un honor el haber tenido tu amistad ya que como anteriormente también dije me has enseñado muchas cosas y todas ellas buenas. Siempre ha sido para mí una satisfacción el verte aparecer por las mañanas junto con mí otra gran amiga. Era como si de repente, se disiparan las nubes y apareciese el Sol (en éste caso los dos Soles), y pensaba en esta rima: “Cuando por la mañana aparecen mí rubia y mí morena/ la mañana promete buena”.

Hoy me siento triste y alegre. Tengo las dos sensaciones a la vez. Triste porqué dejo de ver a una persona muy querida y alegre porqué sé que donde va es mejor que lo que aquí tiene. Es una sensación rara el tener estos dos sentimientos. Mi vena egoísta se resiste a perderla y no quiere conformarse; pero mi vena generosa me dice que tiene que ser adelante, que es lo mejor para su futuro y para su bien.

Tu marcha, querida amiga, supone para todos aquellos que te conocemos un gran sacrificio y no podemos resignarnos a perderte sin más. Sabemos que siempre nos tendrás presentes allí donde te encuentres y que no olvidaras los momentos tan buenos y maravillosos que hemos pasado juntos en tu compañía. Los que nos quedamos solos aquí viviremos de los buenos recuerdos que nos has ofrecido y: “aunque estés en Arquillos/ siempre te seguiremos queriendo como chiquillos”.

Querida compañera nuestra: siempre te desearemos lo mejor allá donde te encuentres y esperamos que no nos olvides a aquellos que siempre te querremos. Un beso y un abrazo sincero querida Cati.


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