20 marzo 2010

REENCUENTRO EN EL CAFÉ.


Era una tarde como las otras. Me encontraba sentado en una de las mesas de la cafetería de "Los Alpes" de mi pueblo. Por la ventana entraban los prístinos rayos de la noche que eran señalados por los faros de los coches que pasaban de manera incesante por delante de la puerta del establecimiento.
La mirada estaba perdida en no se que parte del cerebro pensando no se que cosa, invadido por la monotonía del ritual de hacer siempre lo mismo. Ese tipo de pensamientos capaces de arrancar de la persona su máximo sopor y cuya manifestación física es una apertura de boca de manera desenfrenada y nada comedida.
Entonces levanté la mirada y sucedió. Ante mi tenía a la persona con la que había compartido una parte importante de mi vida. No podía creerlo, estaba allí, a unos metros de aquella mesa en la que me encontraba. De repente, noté que el pulso se aceleraba y que el corazón parecía escaparse del pecho, empecé a sentir eso que llamamos incomodidad, que, con el paso de los minutos, se fue haciendo insoportable, quería marcharme de allí pero a la vez quedarme, rezaba para que no me viese pero al final , ocurrió. Se acercó con paso firme hacia mi y por unos momentos pude ver sus piernas tan largas y maravillosas en las que antes no me había fijado. Estaba espendida y bella.
"Hola Ino ¿qué tal estas? ¡Cuánto tiempo sin saber nada de ti! ¿Qué tal te va la vida?" -me dijo- Yo me levanté y me quede un poco fuera de lugar, mudo y algo petrificado. Al final atiné a responder: "¡Hola Hermi! ¡Qué bien te veo! La invité a que compartiera mi mesa y accedió.
Se hizo la noche cerrada y permanecimos hablando de nuestra relación malograda, de lo bien que nos había ido a cada uno por nuestro lado, de los proyectos de vida que tenemos cada uno en mente, de los gratos recuerdos de cuando nuestra relación fue bien. Al final, cuando nos despedimos, me dio un beso en la mejilla y me dijo que lo nuestro podría haber sido algo bueno si yo hubiera puesto un poco más de mi parte, que yo fuí la primera persona a la que quiso de verdad. Me quedé cariacontecido por lo que me había soltado antes de marcharse, creo que llevaba tiempo queriéndomelo decir y el otro dia fue el momento oportuno.
Llego la camarera a preguntarme que si deseaba tomar algo más, le pedí una copa de brandy y me quedé meditando aquellas palabras finales del encuentro. Me preguntaba que era lo que había hecho para que aquella relación se fuese al garete, qué es lo que no había sido capaz de hacer bien, sería egoismo, soberbia, no lo sé; pero también podría ser que ella tuviese parte de culpa de aquello.
Desconcertado, salí de aquella pastelería ya muy avanzada la noche, dándole vueltas a la cabeza sobre aquellas palabras que todavía a día de hoy, recuerdo de una manera clara y diáfana. Sea lo que sea, la relación fue maravillosa mientras duró.
Un saludo para tod@s.

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