Hace ya mucho tiempo que trabajo con menores inmigrantes marroquíes, hace ya mucho tiempo que el tema de la interculturalidad debería de estar, como mínimo, en vías de resolución. Pues bien, después de llevar tantos años llegando inmigrantes magrebíes a nuestras fronteras nada esta más lejos de la realidad.
La experiencia me ha demostrado que esta población sigue siendo muy endogámica; formando una especie de pequeñas comunidades que se cierran sobre sí mismas replegándose en sus particularismos, llevando vidas muy ritualizadas con nula ejercitación de la autocrítica que sería necesaria para aprender.
Al principio, cuando empezaron a llegar se les veía como una comunidad en desventaja y eso, les permitía, en cierta medida, vivir según sus costumbres y sus propias reglas que en muchos casos se enfrentan a las leyes y cultura occidentales. Después, con las llegadas masivas, vemos que muy poco ha cambiado.
Esta especie de egocentrismo de esta población no les permite avanzar en el conocimiento de los diversos tipos de sociedades ya que no amplian los horizontes, es decir, no ser decentristas o un poco desarraigados (por decirlo menos técnicamente), su cultura no les permite el conocimiento de lo que ellos denominan "zonas oscuras o de sombra de nuestras sociedades".
El quedar anclados en el egocentrismo hace que esta población quede estancada y no progrese ya que mientras que no nos alejemos de los egocentrismos no podremos entendernos. Necesitamos de los demás incluso para entendernos a nosotros mismos, precisamos de sus libertades, de su felicidad y de sus cosas buenas para lograr algo en nuestra propia vida.
Tenemos que salir de nosotros mismos para entendermos un poco mejor. Hegel lo denominaba experiencia; esa experiencia que es capaz de ampliar nuestras perspectivas y conocer para amar y comprender la singularidad de las personas y las de sus obras.
Desgraciadamente, a día de hoy, este paso tan importante para la integracion de las culturas no se ha producido. Es más, pienso que la situación social por la que estamos atravesando hará muy poco para ello.
No hace falta ser muy avispado para darse cuenta lo que esta falta de integración está ocasionando en nuestra sociedad y las consecuencias subyacentes que trae este problema como son la drogadicción de esta población (también de otras poblaciones inmigrantes), los robos, las violaciones, etc. En definitiva, gente descontenta con una sociedad, la occidental, que le cuesta trabajo entender y que no se parece en nada a lo que a ellos le habían contado en sus países de origen. Tendremos que reflexionar todos un poquito que no merece la pena tener a toda esta gente descontenta, máxime cuando se la esta untilizando, en algunos casos, con fines electoralistas. Por ahí, mal vamos. Un saludo para todos.