18 julio 2010

LOS PREJUICIOS.


El aprendizaje del componente emocional de los prejuicios tiene lugar en nosotros a una edad muy temprana, en la edad adulta aunque sepamos que dichos prejuicios sean un error nos cuesta mucho trabajo erradicarlos y la mayoría de las veces no lo conseguimos del todo. Eso es debido a que las emociones que determinan nuestros prejuicios se adquieren en la infancia pero no así las creencias que soportan a los mismos que se adquieren de una manera posterior.
El poder de los estereotipos sobre los que se asientan los prejuicios procede de una especie de autodinámica mental que se asemeja a una profecía autocumplida. Recordamos los estereotipos que confirman el prejuicio antes de los que lo refutan. Por eso, cuando nos presentan alguna cosa que se sale del estereotipo que tenemos adquirido esto nos desconcierta y pensamos que eso no es así y que se debe a otras causas. Por ejemplo: Los catalanes tienen fama de ser personas tacañas y ahorrativas; por eso, cuando encontramos a uno que va pagando copas e invitando a la gente pensamos que esta bebido como poco.
Los prejuicios no pueden ser desarraigados con facilidad pero si se puede hacer algo distinto con ellos. Sabemos que la raiz de los mismos esta en escuchar los estereotipos que los rodean o de los que se compone el prejuicio y, podríamos empezar por hacer oídos sordos sobre los mismos ya que de esa manera estamos anulando la parte más importante del prejuicio que no es otra que la discriminación hacia el hecho. Llamar a los prejuicios claramente por su nombre y de oponerse francamente a los mismos crea una atmosfera social que termina por desalentarlos; mientras que guardar silencio ante los mismos no hace más que autorizarlos y si ese silencio viene de personas que tienen algún tipo de influencia social no hace más que considerarlos como una cosa adecuada con el peligro que dicha actitud conlleva.
Los prejuicios nos hacen perder las oportunidades creativas que ofrece la diversificación de las personas y de las razas y, por tanto, termina por empobrecernos de una manera intelectual. Los estereotipos dificilmente pueden cambiar pero creo que las normas que los fomentan si lo pueden hacer.
Daniel Goleman en su libro de fama mundial titulado "Inteligencia Emocional" ya nos habla de los prejuicios con estudios y estadisticas y del daño que han causado y estan causando a las sociedades; sociedades muy estereotipadas en todos loa ambitos con una gran tendencia a la discriminación en los distintos ordenes sociales como son el trabajo, las relaciones interpersonales, religiones, etc.
Llevando esto a nuestro terreno más cercano vemos que, a fin de cuentas, el prejuicio es una puerta que nosotros nos autocerramos y que voluntariamente rechazamos a otras cosas, pero no por la experiencia de las mismas sino por la creencia estereotipada que otras personas han formado en mi de la misma. Por tanto, al final, la realidad es que me encuentro limitado en el conocimiento del hecho que me ocasiona el prejuicio y no dispongo de todos los elementos de juicio para valorar aquello que me ha ocasionado el prejuicio. Un saludo para todos.

No hay comentarios: