03 julio 2010
NO SÉ CÓMO ME VOY A ACOSTUMBRAR.
Hay veces en las cuales uno cree que lo domina todo, que todo esta bajo su control y que no pasará nada que yo no quiera que pase. Esas veces, nos muestran un aire de superioridad en el cual pensamos que no hay nada que nos pueda afectar y que nos pueda hacer daño puesto que la situación está perfectamente controlada. Pues bien, nada más lejos de la realidad; no controlamos nada, hay muchas cosas que se nos escapan al control que tenemos sometido y no podemos hacer nada por evitarlo.
Hoy he sufrido una mala noticia, una persona especial me ha dicho que se marcha, que no puede seguir viviendo en las condiciones que la vida le ha deparado en éste lugar. Pobre de mi, pensaba que eso no podía suceder, que esa persona estaría a mi lado por tiempo indefinido. Llegó sin hacer ruido a mi vida y, ahora, cuando me ha dicho que se tiene que marchar me ha producido un dolor importante en el alma.
El café de la mañana me ha sentado como un tiro, no puedo dejar de pensar en todo lo que hemos hablado y llego a la conclusión de que hay veces que no podemos hacer que cambien las cosas por mucho que nos empeñemos. La vida sigue fluyendo en torno a nosotros y a todos aquellos que son importantes para nosotros.
Hay veces en que el alma se lleva unos golpes que le cuesta encajar, golpes que le producen un dolor insoportable y que se mitigan en el recuerdo de los buenos momentos que se han producido en las veces que hemos tenido la suerte de estar al lado de esa persona; recordando todos aquellos gestos llenos de afecto y ternura. Sólo así, el alma puede encontrar algo de consuelo en el dolor que le ha infringido la comunicación de la partida de esa persona importante.
A ti que te marchas, no sabes cuanto bien has dejado en mi vida. No sabes la de veces que me ha cautivado tu sonrisa, la incertidumbre de los momentos en los que todo estaba oscuro en tu vida me hicieron pegarme a ti intentando ser una luz que te alumbra en mitad de la tormenta que sufrías.
No he perdido nada, me quedo con cosas muy importantes tuyas y, en cierto modo, te tengo a mi lado para poder seguir recordando tu amistad. Gracias a ella, me he sentido mejor persona por todo lo que me ha aportado, me has enseñado muchas cosas que necesitaré algún tiempo para analizar y sacar toda la esencia que contienen.
Gracias querida amiga por todo lo que has aportado a mi vida. Siempre te estaré agradecido por todo lo bueno que has aportado a nuestra amistad.
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