31 julio 2010
RECUERDOS & ESPERANZAS.
Yo no creo que duelan los recuerdos. Sería un dolor algo artificioso. Creo que lo que duele en realidad es la enseñanza que te han producido los mismos que es una cosa totalmene diferente. Yo no me duelo en ellos. Lo malo es que no soy yo viviendo los hechos sino los hechos mismos ya que evidencian modos de ser, de pensar y de actuar de las personas. Tal vez sería lógico pensar sentir dolor por dentro al comprobar que las cosas podrían haber sido diferentes, que no deberíamos haber llegado a donde nos encontramos hoy si hubiéramos hecho caso de las enseñanzas que nos aportaron los errores del pasado.
He dicho antes que no duele el recuerdo pero, ¿digo bien?, ¿acaso no es dolor ver cómo se va alejando de ti un ser querido?,¿no es dolor el resultado de vivir experiencias, momentos, instantes, etc.? No nos duele quienes no estan o se alejan sino nosotros-en-ellos. Por eso éste tipo de dolor es adictivo y puede contagiarse a la propia personalidad. Actuar de ésta manera significa instalarse en el egoismo que termina por alimentar el ego en base a la compasión de otras personas, lo cual, no es bueno para nada.
Jean-Yves Leloup dice que: "Amar al otro es renunciar a poseerlo, incluso muerto; renunciar a que vuelva, descubrir que sigue estando ahí, en un silencio que ya no nos causa pavor, en un desierto que se hace acogedor de lo más valioso que tenemos o ensencial de lo que permanece cuando ya no se puede hacer nada".
Me di cuenta que instalarse en la ignorancia hacia las personas significa odiarlas, sentir rencor, frustración y toda clase de sentimientos negativos. Las personas sábias superan la ignorancia porque "comprenden", no porque hayan acumulado más información, sólo comprenden a los otros y saben que odiar es en vano, que ignorar sólo sirve para ensuciarnos el alma .
Por tanto no concibo la amistad sin esperanza, no concibo vivir sin ella y no concibo empezar todos los días si no es con ropa limpia, ideas renovadas, pecados perdonados y empresas en las que soñar.Pero sigo siendo ignorante, porque me aferro a la inexistencia del pasado, dulce y feliz y, como una mochila, lo amarro a mi vida. No se vivir sin el. Por eso quizas no avanzo. ¡Quien fuera como tu…navegando en aguas nuevas, separando el recuerdo de la obsesión y sabiendo poner en cada lugar de tu corazón la flor correspondiente!. Y a pesar de no conseguir tal azaña, aún y eso, considero que no desperdicio ni un trozo de vida, pues la vida tambien es morir en el intento y nacer maltrecha y arreglarse y esperar y equivocarse ochenta veces diarias y revelarse y contar con la nada por si se hace matería y ser débil y aprender. Sobre todo aprender. Creo que es la única y verdadera razón de nuestra capeada existencia.
Eso te enseña de que a veces, hay que desandar el camino, retroceder hasta el último cruce y rectificar la dirección. A veces, insistimos en el sendero equivocado aún sabiendo que lo es, por miedo a encontrarnos cara a cara con nosotros mismos. A veces, sólo escuchamos lo que queremos oir y no oímos lo que tenemos que escuchar. A veces, es difícil mantener la compostura entre tanta locura. A veces, me duele mucho el aire que respiro, me hiela el dolor que no siento, me quema la lágrima que no lloro. A veces...
¡He perdido mi gotita de rocío!, dice la flor al cielo del amanecer, que ha perdido todas sus estrellas. (Tagore).
Un saludo para todos.
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