Llevamos varios días conociendo sobre la nube de polvo que esta expulsando un volcan de nombre impronunciable en Islandia. Dicha nube de polvo tiene paralizado todo el tráfico aéreo en prácticamente la totalidad de nuestro continente.
Las compañías aéreas estan teniendo unas pérdidas diarias de 180 millones de €; mucho más importantes que cuando los ataques a las torres gemelas en Estados Unidos. Estas pérdidas caen como una losa sobre el incipiente despegue económico de algunos de los países de la zona euro (por cierto, no el español pero eso es otro tema), quedando a merced de los elementos naturales una vez más.
Dicen algunos geólogos que no se puede predecir con seguridad cuanto tiempo estará la nube de cenizas campando a sus anchas por toda Europa, que depende del viento, de la lluvia, de las corrientes marinas... No sé, pero esto no pinta muy bien que digamos.
Una vez más la naturaleza nos pone en nuestro sitio y nos demuestra que no podemos ser dioses con pies de barro y que toda la tegnología se queda en nada cuando la naturaleza dice aquí estoy yo. No podemos predecir ni evaluar alguna serie de fenómenos como ha pasado con éste en concreto y con otros como los teremotos.
Debemos de pensar cuando nos creemos dioses que no somos más que unos seres insignificantes dentro de la naturaleza, aceptar el lugar que nos tiene reservado la misma y por tanto, no hacer experimentos con gaseosa como dijo algún famoso ministro socialista. Cuando el planeta tose, nosotros podemos estar ya con 40 de fiebre oséa que debemos de empezar a aceptar ya de una vez nuestra nada para que de esa manera, podamos tomar conciencia de ser algo dentro del proceso natural de nuestro planeta. Un saludo para todos.
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