14 abril 2010

LA TORMENTA INTERIOR.


Hay veces en que nuestro pecho no puede albergar ni una decepción más; hay veces en las que nuestros ojos no pueden aguantar ser ya más una salida de emergencia de nuestras penas. Entonces observamos que, a veces, es difícil encontrar algo de color en un mundo que se presenta ante todo muy gris.
Apreciamos cómo algunas sonrisas no son sinceras del todo, sino que son meras muecas que nos van a permitir seguir sobreviviendo en este mundo que nos ha tocado vivir aquí y ahora; en éste momento.
Cuando la lluvia de la tristeza cae de nuestros ojos y no del cielo, que difícil es encontrar la salida al laberinto que nos tiene en esta desesperanza; en este día gris que nos está tocando vivir en toda su intensidad.
Mañana volverá a lucir el Sol ya que las nubes de la tristeza se han descargado de mis ojos, al principio se verá todo borroso, difuminado y poco claro, pero es normal ya que el agua corre por la calle después de la tormenta.
El asfalto de mi vida será secado por el viento de la esperanza; cuando todo el agua que trajo el día gris sea arrojada al imbornal para ser definitivamente enterrada. Las nubes dejarán paso a un cielo de color azul intenso dónde brillaran todas aquellas virtudes que poséo.
Toda mi fuerza reside en la debilidad que ahora aparento, estoy noqueado por el golpe recibido pero aún no he perdido el combate; al final ganaré, seguro que ganaré. La batalla se plantéa complicada ya que tendré que luchar con un enemigo que me conoce muy bien y que no es otro que yo mismo. No me importa que la pena quiera ganar esta batalla, en mi poder tengo el arma más poderosa que no es otra que mi sonrisa, con ella mi rostro seguirá reflejando ilusiones y anhelos; otras ilusiones y otros anhelos que terminaran por conducirme por el sendero de la felicidad.
Para una amiga que esta en mitad de la tormenta con todo el cariño y el afecto. Un beso.

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