Se trata de un cuento inacabado para que tú, que me visitas en el blog, y me lees, lo termines.
Te puedo garantizar que va a ser muy divertido...¿te apuntas?
El cuento empieza así:
En una casa antigua, medio arruinada, en el desván de la misma junto a la parte más oscura se encontraba el piano Oscar; como compañeros tiene a un par de ratones grises que se pasean por encima de él con el hozico manchado de tal manera que parece que lo tienen lleno de chocolate. Al lado de Oscar esta su fiel escudero el taburete, que siempre le acompañó en los momentos más importantes y explendorosos de su carrera; cuando sus teclas eran golpeadas para que de su interior saliésen las sublimes notas de cientos de sinfonías que deleitaban los oidos de todos. Esos eran otros tiempos; ahora, se encontraban bastante achacosos debido a la humedad y el polvo que había en el desván.
Un día que entraba el Sol por una de las ventanas del desván el taburete propuso a Oscar dar un paseo por el resto de la casa diciéndole: "Oscar, hoy me apetecería dar un paseo por toda la casa para ver cuantas cosas han cambiado desde que estamos aquí arriba", y Oscar respondió: "¿Y, cómo piensas hacerlo, no ves que estamos encerrados?
Ambos se dirigierón a la puerta del desván y a duras penas consiguierón abrirla...
...Bueno, pues, continuad hasta el final de esta historia, como os puse al principio, es cosa vuestra. Un saludo para todos.
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