24 enero 2011

DE CÓMO PODEMOS ENTENDER UN POCO LA MALA FE DE LAS PERSONAS.


Decía Sartre que una de las actitudes que puede tomar el ser humano es ser negativo contra sí mismo. La mala fe es una forma de negarse a sí mismo lo que uno es. La mala fe se distingue por ello de la pura y simple mentira, la cual no se refiere al ser propio, sino a algo ajeno, a algo trascendente, que se niega al mentir. En la mala fe lo que se niega es uno mismo por medio de un autoenmascaramiento. Ya véis como será que ni el psicoanálisis puede explicarla ya que considera que el que ejerce mala fe con respecto a si mismo es que trata de ocultarse y, por tanto, es inconsciente de su propia negación y de su propia mala fe. Pero lejos de perdernos en disquisiciones de los pensadores y de los psicólogos vamos a hablar de lo que es la mala fe en el lenguaje llano y sencillo.
Actúa con mala fe aquella persona que se niega a coordinar o superar su propia facticidad, es decir lo perteneciente o relativo a los hechos; y la propia trascendencia que viene a ser como aquello que esta más allá de los límites naturales y desligados de ellos. Es mala fe aquello que usa la duplicidad en el ser para sí y el ser para otro. Es mala fe jugar a ser algo que no se es, ya que el problema consiste entre distinguir aquello que se es de lo que no se es.
Pero lo que tenemos que pensar es que el que obra con mala fe también es aquel que no es, ya que la imagen que trata de transmitir no es la verdadera. Veréis: "Si juego a ser alguien que no soy, lo que hago es ser alguien en el modo de ser que no soy".
Sartre, decía también con respecto a esto que hay una mala fe que lleva al indivíduo a huir de lo que es y esto, lleva a una disgregación. Pues bien, cuando se niega tal disgregación es cuando, según Sartre, se actúa de mala fe.
La posibilidad de la mala fe pone de relieve que se trata de una amenaza inmediata y permanente de todo proyecto que hay en el ser humano, ya que la conciencia descubre en su ser un riesgo permanente de que se puede actuar de mala fe; con lo cual, vemos que la mala fe es un momento constitutivo de la realidad humana.
Hegel va más allá y nos habla de una especie de conciencia escindida o desgarrada que tienen los seres humanos y nos comenta sobre otros términos más especializados que no vamos a desvelar aquí.
Por tanto, la mala fe es negar la disgregación que se ha producido de aquello que es verdadero e instalarnos en la nueva disgresión que hemos creado a sabiendas de que no es real y por tanto, ficticia y con posibilidad de ser interpretada según nuestra voluntad.
Un saludo para todos.

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