03 enero 2011

PREDESTINACIÓN


La predestinación es definida como la predeterminación por Dios de lo que hará en el tiempo. En ello cuentan los que estan predeterminados para la salvación y los que no lo estan. Ya, San Agustín, la definía como la presciencia (conocimiento de las cosas futuras), y predistribución de los dones por los cuales se hace cierta la salvación del ser humano.
Hay también dos elementos en la predestinación de los seres humanos: la gracia y la gloria. La predestinación también puede ser completa o incompleta según afecte a la gracia y a la gloria, o solamente a una de ellas.
Ni que decir tiene que esto tuvo mucha tela que cortar dentro de las corrientes de pensamiento ya que algunos consideraban que la predestinación negaba la libertad del ser humano y otros que ponían su acento del tal manera en la libertad humana que incluso llegaban a negar la predestinación. Ni que decir tiene que muchos teólogos la acogieron con todas las consecuencias admitiendo que Dios desde la eternidad predestina a quien se salva y a quien se condena, pero que la libertad de los condenados persiste puesto que Dios no deja de ofrecerles su gracia pero ellos, de continúo, la rechazan. También se admitía que ninguna persona estaba segura de su predestinación pero que eso no debía de ser un obstáculo para pensar que no se podía salvar.
Las cosas con el paso del tiempo se fueron complicando de una manera asombrosa al la luz de nuevas teorías a favor o en contra de la predestinación dentro de la optica cristiana.
La doctrina agustiniana antes citada tuvo su hegemonía durante los siglos XVI y XVII. La cosa lejos de mejorar después de estos siglos empeoró con la doctrina se Santo Tomás que era mucho más radical en los postulados tanto intrinsecos como extrinsecos, que la doctrina de San Agustín.
Los naturistas y humanistas siempre llevando como bandera la libertad del ser humano eran más cercanos a la doctrina pelagista (negación de la predestinación), todo ello perduró a lo largo del tiempo llegando hasta nuestros días. Las disputas entre los teólogos, filósofos, antropólogos, etc. no han dejado de sucederse desde entonces.
Tirso de Molina en su obra El condenado por desconfiado dio mucho que hablar sobre el tema cuando se presentó a la opinión pública. Yo modestamente pienso que el dramaturgo lo que quiso en sí era resaltar el valor del libre albedrío sin mantener posturas pelagianas ya que Paulo y Enrico (protas de la obra), reciben la gracia suficiente, de modo que el libre albedrío, deja a cada uno de usar de esta gracia.
¿Qué conclusiones podemos sacar de todo este tema de las predestinaciones? Pienso que el libre albedrío es lo que nos predestina para una cosa o para la otra. Por ejemplo, un cristiano esta predestinado a la salvación siempre y cuando, su libre albedrío le haga tomar el camino de la doctrina cristiana que le promete la salvación. La predestinación, por tanto, tiene mucho que ver sobre la decisión que tomenos sobre una cosa dentro del ejercicio de nuestra libertad. El ejercicio del libre albedrío nos predestina hacia lo que queramos elegir en libertad.
Un saludo para todos.

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