El mayor de los fracasos de los seres humanos. |
De toda esa gente que conoces, alguna cumple las expectativas que te habías propuesto para que tu relación con ellas perdurase en el tiempo y otras, trístemente, se quedan por el camino debido a una serie de circunstancias que en la mayoría de los casos no pasan de ser un mero malentendido o a una disparidad de criterios que ambas partes son incapaces de superar y que dan por finalizada la amistad sin importar los valores compartidos, las vivencias experimentadas, los anhelos y temores vividos de una manera mutua. Cuando esto sucede, habrá un tiempo más o menos malo por ambas partes pero al final, el tiempo terminará por cicatrizar las heridas causadas.
Sin embargo, existe otro tipo de fracaso mucho más peligroso que es condenar la amistad a una especie de limbo sentimental, en el cual, frasecitas como: estoy pero no me llames, soy pero para ti no, hoy te saludo pero luego me tiro un par de meses sin dirigirte la palabra; y cosas por el estilo denotan ese estado limbico. Lo más triste de todo esto es llamar a este tipo de relación amistad puesto que no se parece en nada ni a la definición de la misma y que no es otra que el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
El afecto por una persona es como el amor, se tiene o no se tiene y no caben medias tintas. Lógicamente tiene que ser un sentimiento puro; es decir, libre y exento de la mezcla de otras cosas, sin condiciones, excepciones o restricciones y que no se encuentre sometido a ningún tipo de interés por alguna de las partes que no sea sola y exclusivamente el bien de la otra parte.
Dejamos para el final la parte del trato, es decir de la comuncación ya que es la base sobre la que se sustenta la amistad. Podemos afirmar de una manera categorica que no existe amistad si no existe trato entre las partes. Por tanto, no se puede llamar amistad a una relación en la cual , no hay comunicación o que ésta se reduzca a la más mínima expresión; es por llamarlo de alguna manera, como dar pan y agua a un preso que tienes encerrado para que no se te muera muy pronto.
Todo ello hace que el fracaso este plenamente garantizado en la relación de amistad. Y lo que es peor, que dicha relación pase al plano de la indiferencia con lo cual, todo lo que esa unión ha aportado a ambas personas sea cuestionable puesto que ha terminado por hacer daño a las mismas, el enriquecimiento aportado por ambas partes empieza a ser cuestionado no como un valor sino más bien como una perdida de tiempo debido a la ira y al enojo que ha supuesto esa ruptura o distanciamiento de la relación amistosa. Empezamos a creer que nos hemos equivocado a la hora de elegir a esa persona, que esa persona no ha estado a la altura de las expectativas que esperamos de ella, que no ha sido lo suficientemente amiga para hablar con claridad sobre el tema que ha producido la distancia y cosas por el estilo. Pero se nos olvida lo más importante que no es otra cosa más que un pensamiento que tenemos nosotros sobre ello y que no podemos saber el pensamiento de la otra parte puesto que no hay comunicación para poder tener un conocimiento total y absoluto sobre el mismo hecho que ha producido el distanciamiento.
Espero Maricarmen que este post te haya despejado las dudas que tenías con respecto a lo que hablábamos el otro día en el messenger. Yo he sufrido la experiencia de todo lo que he escrito y por eso, tengo conocimiento del tema; es más, puede que algunas personas se sientan aludidas al leer este post pero he de decir que es un post totalmente objetivo escrito desde la imparcialidad y dejando al margen los sentimientos subjetivos que pueda tener al respecto.
Para el resto también les mando un saludo.
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