16 septiembre 2010

LAS FUENTES DE LA AFLICCIÓN SEGÚN BUDA. 2ª PARTE.


Continuamos a partir de donde lo dejamos el otro día antes de poner la entrada del post número cien que es todo un logro comos os dije en el mismo.
Hablamos ahora de la Ignorancia. Según el budismo existen dos formas de ignorancia que no vamos a detallar puesto que seguro que os quedaríais un poco pillados y no viene al caso. Por ignoracia nos referemimos a una conciencia que desconoce o que interpreta de una manera errónea la verdad; en ambos casos, la verdad queda velada a la persona.
Seguimos con la Duda que pasa lo mismo que con lo anterior hay corrientes dentro del budismo que interpretan que la duda tiene que ser aflictiva mientras que otras sostienen que no tiene por qué serlo necesariamente. No obstante, se incluye ya que se respeta a los que son partidarios del lado aflictivo.
Y, por último, llegamos como diría Sadam Hussein q.e.d., a la madre de todas las aflicciones que no es otra que la Visión Perturbada. El budismo la interpreta como una mente analítica que ha llegado a una conclusión errónea y que se traduce en veinte emociones aflictivas secundarias (tengo que decir que hay otras espirituales pero que no vamos a tratar debido a que pueden induciros a error). Dichas emociones son las siguientes:
  • Ira. Surge del enfado
  • Venganza.
  • Hipocresía.
  • Maledicencia. Es como la ira pero relacionada con la palabra.
  • Envidia.
  • Avaricia.
  • Pretensión. Pretender tener ciertas cualidades que en realidad no se poseen.
  • Deshonestidad. Ocultamiento de las propias faltas.
  • Autosuficiencia. Cuando la mente se vanagloria.
  • Crueldad.
  • Desvergüenza. Falta de conciencia.
  • Desconsideración por los demás.
  • Aturdimiento.
  • Agitanción mental. Es la disposición mental hacia un objeto que deseamos intensamente.
  • Incredulidad.
  • Pereza.
  • Inconsciencia.
  • Olvido.
  • Indolencia.
  • Distracción.
Finalmente, y por nuestra propia experiencia sabemos que tenemos enfados, que tenemos deseos de cosas, que tenemos celos, que tenemos muchisimo orgullo; todas estas cosas se encuentran en nuestra mente. Desde tiempos inmemoriales, hemos permanecido demasiado acostumbrados a estas actitudes mencionadas anteriormente. Cuando somos conscientes de que las causas de dichas actitudes se encuentran en nuestra mente, sabemos de donde proceden los resultados negativos pero sabemos que también desde nuesta mente, una vez conocido esto,  podemos afrontar éste o aquel problema y por extensión éste o aquel sufrimiento.
Con esto, terminamos la segunda parte de las fuentes de a aflicción. Próximamente y a petición de mi amiga Ana hablaremos sobre desarrollo personal que parece ser que os gusta bastante a algun@s.
Un saludo para todos.

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