11 septiembre 2010
LA ANOMIA.
"Todas las normas de conducta y reglas morales forman un muro imaginario alrededor de la persona. A los pies de esta muralla insalvable, el torrente de pasiones humanas se satisface y se extingue. Mas si en algún momento esa barrera se resquebraja, los impulsos que estaban contenidos se liberan a borbotones y emprenden la búsqueda desesperada e inútil de objetivos inalcanzables". (La Educación moral. Émile Durkheim. 1925.).
Éste sociólogo estudió la caída de la urbe y describió el fenómeno de la ANOMIA que no es otra cosa más que el deterioro de las reglas morales, de los principios culturales y de las normas más básicas de la conducta de una sociedad. Una vez que las barreras antes mencionadas son superadas, los impulsos humanos primitivos son desatados sin control ya que las necesidades sociales como son la seguridad, la identidad, la autoestima y la realización no se ven realizadas por parte de la población. Con el paso del tiempo estas necesidades se atrofian y desaparecen debido a la frustración de las personas.
Las consecuencias que trae dicho modo de vida es que poco a poco nos vamos volviendo más indolentes, tendemos más al aislamiento y nos vamos apartando de la convivencia entre nosotros. Si no ponemos remedio a esto, el resultado final vendrá dado en forma de alienación de las personas, del colapso de valores sociales y de las pautas del comportamiento. Si a ello unimos que el hombre es una criatura con un gran potencial para la destrucción no es raro que la tendencia al pensamiento apocalítico tenga actualmente un buen terreno para el abono.
El sociólogo alemán Georg Simmel afirma que los problemas más agudos que tenemos hoy en la vida moderna son los intentos que hacemos de preservar nuestra autonomía e individualidad frente al impacto de abrumadoras fuerzas picológicas, sociales y culturales del medio que nos rodea; como pueden ser la competitividad por alcanzar la fama y el éxito, la perfección en todas sus facetas, etc. Esto incrementa los niveles de stress condenando a las personas a una frustración de por vida. Hay gente que trata de protegerse de todo esto oscureciendo los cristales de su vehículo, llevando los auriculares de los ipod puestos a toda caña, eludiendo la comunicación cara a cara y cosas de este tipo.
Poco a poco y sin darnos cuenta vamos creando un mundo ilusorio en el que el DVD, el cine, internet, los mass media, etc., pasan a ser una parte fundamental de nuestra vida ya que no somos capaces de alcanzar una vida personal gratificante y necesitamos de estos sucedaneos para poder vivir en día a día.
Ante esto que hemos descrito más arriba, las personas terminan por perder poco a poco su capacidad de respuesta y adoptan una actitud defensiva de retirada y desinterés, sufren embotamiento afectivo y pierden la capacidad de discriminar entre los múltiples estímulos del medio, de discernir lo esencial de lo superfluo, la realidad de la ficción. Los indivíduos se mueven como en una especie de trance que terminan por despersonalizarlos y hacerlos indiferentes. El final de estos procesos es el aislamiento, la apatía, autismo social, la alienación del las personas y finalmente, el extrañamiento de sí mismo y de los demás.
Todo esto creo que nos va sonando ya un poco en nuestra sociedad de hoy en día en todas las facetas de la vida: profesional, cultural, personal, etc. Debido a la crisis y otros factores creo que estamos llegando a éste tipo de fenómeno (la anomia), que está haciendo que muchas de nuestras estructuras de pensamiento se encuentren seriamente atacadas. Creo que deberíamos reflexionar un poco sobre el tema.
Un saludo para todos.
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