DOS PALABRAS. DOS PERSONAS.

Hay dos palabras que cuando las escucho me traen maravillosos recuerdos.
Hay dos palabras que son como una bocanada de aire fresco.
Hay dos palabras que en la boca de esa persona sonaban diferente.
Hay dos palabras que hacían que el tiempo se detuviera cuando esa persona las decía.
¿Te importa que las diga? Pues eso, son: ¿TE IMPORTA?
Bellos momentos y bellos recuerdos afloran a mi mente cada vez que las escucho. En otras bocas son las mismas pero no suenan igual. ¿Cómo puede sentir el corazón tanto con tan poco? Si sólo es eso: ¿TE IMPORTA? Ya veis que poca cosa y a la vez que bien me sientan y cuanto me hacen recordar y sentirme bien.
Pues si me importa que siga habiéndo personas como ella. Me importa que la gente siga teniendo valores. Me importa que en el mundo siga habiéndo personas íntegras como ella. ¡Ya lo creo que me importa!
Pero, ¿sabéis otra cosa que también me importa? Me importa que mis desayunos no sepan como antes. Me importa que el café solo descafeinado de máquina ahora es verdad que es sólo. Bueno, alguna vez que otra media tostada pero las menos. Me importa mucho perder a personas que de verdad merecen la pena. Me importa perder personas que luchan por sus principios y los mantienen contra todas las adversidades. Me importa perder personas con ganas de hacer cosas. Me importa no tener como referencia a esa persona que tanto me animaba cuando me sentía bajo y sometido al yugo de la arrogancia de los reyezuelos fatuos. ¡Cómo hecho de menos esos espoleos de genio!
En fin, me importan y no sabéis cómo ya que son valores impagables. Cuando esto sucedío, me dí cuenta de que soy un poco más pobre. Dicen las dos, que les enseñé muchas cosas y no es cierto; porque, ¡cuanto me han enseñado a mi!.
¡Cómo os hecho de menos jodias! Podriáis ir a por tabaco (cómo dice Sabina) y no volver a donde estaís ahora.
Un beso para las que lo saben. Los demás, hoy os toca poner cara rara y no me preguntéis porqué. Solamente cara rara ¡por favor! sin más preguntas.