He encontrado un fragmento del libro "La Paleta del Pintor" del doctor Claudio Casas un reputado especialista de la Gelstat que dice: "¿Qué tal si cuando no quieres, dices que no; cuando te hace daño, lo dejas; cuando necesitas pedir, lo pides; cuando quieres dar, se lo das; y cuando quieres llorar o gritar, lo dejas salir? ¿Qué tal si cuando quieres comunicarte, te abres? ¡Y cuando estás contento, te ríes! ¿Qué tal si te quedas aquí y ahora, lo único real, en donde hay tanto que no requiere ni del pasado ni del futuro? ¿Qué tal si te das a tu esencia y te dejas Ser verdadero?".
Verdad que hay tantas cosas en nuestra vida a las que queremos decir no y sin embargo, no lo hacemos. Pensemos un poco: ¡Cuántas verdad! y todavía decimos que si a ellas. Cuántas cosas sabemos que nos estan haciéndo mucho daño y seguimos con ellas. Y, ¿porqué no pedimos cuando necesitamos algo que nos está haciéndo falta? ¿Acaso es que pasa alguna cosa cuando se pide?¿Es qué puede que me vean vulnerable si pido? Si me apetece dar. Entonces, ¿porqué no doy? Si dándo me siento mejor porqué renuncio a algo prescindible y hago feliz a otros. ¿Porqué no digo a las personas que son mis amigos y mi familia cómo me siento? ¿Porqué me cuesta tanto, algunas veces, mostrarme humano y débil ante aquellos en los que puedo confiar? Con ellos puedo gritar, comunicarme... Quizas, con ellos, puedo ser yo.
Algunas veces, tenemos miedo a convertirnos en ése yo que tanto deseamos ya que esto nos podría traer la felicidad y por tanto, nos daría miedo ser felices. Abraham Maslow decía: "Tanto miedo nos inspiran nuestras posibilidades más elevadas como las más inferiores". Nos podemos sentir fascinados cuando nuestras posibilidades de éxito se han alcanzado pero a la vez eso mismo nos dá miedo, tenemos la sensación de que esto se pueda perder y nos hace sentir temor. Cuantas veces hemos dicho la frase: "Hoy me lo estoy pasando genial; ya veremos a ver cómo termina el día después de tanta risa". En definitiva, también albergamos un temor porque los buenos momentos también se terminen o no terminen bien. Me podríais decir: ¡Es qué ha pasado! y yo os preguntaría: ¿Siempre? Pensadlo bien.
Cuando nos quitamos todos los adornos que a nosotros no nos gustan pero que nos ponemos porque les gustan a los demás es cuando empezamos a ser felices. Todas esas"prendas de agrado" nos someten y nos tiranizan de una manera cruel. Puede darse la paradoja de que nosotros mismos no nos conozcamos cuando nos miramos al espejo de nuestro interior. La falsa proyección de nuestra personalidad hacia los demás no suele traer buenas consecuencias ya que más tarde o más temprano se nos terminará por notar.
Os dejo un poema que viene que ni pintado al texto:
NO PIDO MUCHO
'No pido mucho
poder hablar sin cambiar la voz
caminar sin muletas
hacer el amor sin que haya que pedir permiso
escribir en un papel sin rayas.
O bien si parece demasiado
escribir sin tener que cambiar la voz
caminar sin rayas
hablar sin que haya que pedir permiso
hacer el amor sin muletas.
O bien si parece demasiado
hacer el amor sin que haya que cambiar la voz
escribir sin muletas
caminar sin que haya que pedir permiso
hablar sin rayas.
O bien si parece demasiado?'
Gracias Javier, y, en general, ¿pedimos mucho?
'No pido mucho
poder hablar sin cambiar la voz
caminar sin muletas
hacer el amor sin que haya que pedir permiso
escribir en un papel sin rayas.
O bien si parece demasiado
escribir sin tener que cambiar la voz
caminar sin rayas
hablar sin que haya que pedir permiso
hacer el amor sin muletas.
O bien si parece demasiado
hacer el amor sin que haya que cambiar la voz
escribir sin muletas
caminar sin que haya que pedir permiso
hablar sin rayas.
O bien si parece demasiado?'
Gracias Javier, y, en general, ¿pedimos mucho?
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