Es curioso ver cómo con el paso del tiempo cambiamos las opiniones que defendíamos anteriormente, algunas de ellas a capa y espada como se dice en el argot guerrero. Llama la atención ver que teniendo una capacidad de pensar y una disposición más abierta, podemos entender mejor los problemas que se nos plantean con respecto a los demás; nos sentimos más capaces de custionar todo e incluso también nuestros propios valores o creencias. Esto puede ser valorado como un avance o un progreso de las personas y de las relaciones interpersonales.
Tendríamos que reflexionar algunas veces de la importancia que tiene cambiar de opinión, de aprender de la experiencia de la vida, de cambiar los matices y de refinar nuestros puntos de vista. Nuestra meta sería ser como los "chinos" de la playa que han estado rodando de una manera constante y ya no tienen imperfecciones. Esa erosión de las aristas y de los picos que nos va produciéndo la vida, la entenderíamos mejor si le prestásemos más atención y fuesemos más humildes a la hora de realizr los análisis sobre las cosas que se nos plantean.
Pienso que junto con la capacidad de cambiar de opinión cuando estas equivocado, también tiene que venir un esfuerzo de síntesis, un esfuerzo que sea tendente a buscar puntos en común que nos hagan encontrar el camino de en medio de tal manera que todos seamos capaces de entendernos de una manera lógica y haga posible la convivencia. Para ello es importante el despojo de la idea preconcebida, la apertura de la mente hacia otras verdades, el reconocimiento de nuestras equivocaciones. Todo ello nos hará vivir con más libertad y con nuestro equipaje de la vida algo más liviano.
La verdad, como los niños, siempre nace desnuda, no tiene dueño, ni olor, ni sabor, ni otras cualidades, solo es verdad, clara y pura como el agua cristalina. Cuándo nos apoderamos de la verdad, le ponemos olores, sabores, texturas y toda una serie de cosas que a nosotros nos gustan para hacerla nuestra. La verdad desnuda no gusta a nadie. Pero es desde que le ponemos el primer atributo desde cuando se produce el primer desencanto; ya que cuando deja de ser libre y responde a patrones, ya no es acierto ni júbilo como antes sino todo lo contrario. Entonces esa verdad pasa a converirse en la primera causa de discordia entre los hombres. Nuestras verdades maquilladas a nuestro gusto son capaces de hacer que el hombre deje de ser hombre.
La búsqueda de la verdad siempre ha sido una constante para la humanidad. Ya desde los filósofos griegos se la perseguía y de ella, se han dado un montón de definiciones a lo largo de toda la historia de la filosofía; todos los filosófos han hablado de la verdad prácticamente. Incluso Pilatos preguntó a Cristo en el pretorio: ¿Qué es la Verdad?". De todas las definiciones, a modo de ejemplo vamos a ver la de nuestro filósofo más importante como es Ortega y Gasset.
Para Ortega la verdad es la coincidencia del hombre consigo mismo. Y vosotros diréis: "¿Qué leche quiere decir eso?" Y, yo, os respondo: "Eso significa que la verdad será aquello a lo que el hombre sabrá a que atenerse o lo que es lo mismo ponerse en claro consigo mismo respecto a lo que cree de las cosas".
Bueno, pues hemos empezado por lo cotidiano y hemos terminado por la filosofía. O, ¿no será que por medio de la filosofía lleguemos a lo cotidiano? Eso nos ha dicho Ortega ahí; un poquito más arriba.
De todas maneras, en el dibujo de arriba os lo dejo un poco más claro (eso creo).
Un saludo para todos.
Pienso que junto con la capacidad de cambiar de opinión cuando estas equivocado, también tiene que venir un esfuerzo de síntesis, un esfuerzo que sea tendente a buscar puntos en común que nos hagan encontrar el camino de en medio de tal manera que todos seamos capaces de entendernos de una manera lógica y haga posible la convivencia. Para ello es importante el despojo de la idea preconcebida, la apertura de la mente hacia otras verdades, el reconocimiento de nuestras equivocaciones. Todo ello nos hará vivir con más libertad y con nuestro equipaje de la vida algo más liviano.
La verdad, como los niños, siempre nace desnuda, no tiene dueño, ni olor, ni sabor, ni otras cualidades, solo es verdad, clara y pura como el agua cristalina. Cuándo nos apoderamos de la verdad, le ponemos olores, sabores, texturas y toda una serie de cosas que a nosotros nos gustan para hacerla nuestra. La verdad desnuda no gusta a nadie. Pero es desde que le ponemos el primer atributo desde cuando se produce el primer desencanto; ya que cuando deja de ser libre y responde a patrones, ya no es acierto ni júbilo como antes sino todo lo contrario. Entonces esa verdad pasa a converirse en la primera causa de discordia entre los hombres. Nuestras verdades maquilladas a nuestro gusto son capaces de hacer que el hombre deje de ser hombre.
La búsqueda de la verdad siempre ha sido una constante para la humanidad. Ya desde los filósofos griegos se la perseguía y de ella, se han dado un montón de definiciones a lo largo de toda la historia de la filosofía; todos los filosófos han hablado de la verdad prácticamente. Incluso Pilatos preguntó a Cristo en el pretorio: ¿Qué es la Verdad?". De todas las definiciones, a modo de ejemplo vamos a ver la de nuestro filósofo más importante como es Ortega y Gasset.
Para Ortega la verdad es la coincidencia del hombre consigo mismo. Y vosotros diréis: "¿Qué leche quiere decir eso?" Y, yo, os respondo: "Eso significa que la verdad será aquello a lo que el hombre sabrá a que atenerse o lo que es lo mismo ponerse en claro consigo mismo respecto a lo que cree de las cosas".
Bueno, pues hemos empezado por lo cotidiano y hemos terminado por la filosofía. O, ¿no será que por medio de la filosofía lleguemos a lo cotidiano? Eso nos ha dicho Ortega ahí; un poquito más arriba.
De todas maneras, en el dibujo de arriba os lo dejo un poco más claro (eso creo).
Un saludo para todos.
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