12 octubre 2009

PONER PUERTAS A LA LIBERTAD


Hoy es el día de la Virgen del Pilar (por cierto felicidades para las Pilis), es un día que la Guardía Civil celebra como el día de su patrona. El diccionario de la RAE nos define el término patrón/a de muchas maneras, yo prefiero esa que dice: Protector escogido por un pueblo o congregación, ya sea un santo, ya la Virgen o Jesucristo en alguna de sus advocaciones.

Parece que la patrona del benemérito instituto últimamente esta cumpliéndo con su labor (lo diré con la boca pequeña), ya que, afortunadamente, no tenemos la sangría de vidas humanas de personas que pertenecen a éste cuerpo. Miramos al pasado y recordamos que la muerte de un/os guardía/s civil/es era la noticia que habría la mayoría de los telediarios. La muerte a traición de unos seres humanos que el único pecado que habían cometido era formar parte de tan insigne cuerpo; bien es verdad que no exento de sombras en épocas pasadas pero brillándo con luz propía en las presentes.

Estos "encargados" de la muerte tienen como misión defender unas fronteras que, según ellos, son los límites de su estado independiente. No deja de ser curioso como nos empeñamos los humanos en poner barreras a lo que la naturaleza ha hecho libre. Podríamos subirnos en los sitios más altos de la tierra y comtemplaríamos que la naturaleza no ha levantado muros, que no ha puesto límites al transitar del ser humano nada más que los propios del planeta.

¿Por qué los seres humanos tratamos de ponerle puertas al campo? ¿No creéis que si la naturaleza, que es más sabia que nosotros, lo hubiera estimado no lo habría hecho? Entoces, ¿por qué actuamos de una manera contraria a cómo se nos propone?

Las fronteras, los muros y los alambres de espino solamente han servido para incomunicarnos los seres humanos. Cuando levanto un muro estoy limitándo con ello mi capacidad de libertad, no encierro solamente a los que deseo encerrar sino que, en cierta manera, también me encierro yo.

¿Qué sentido tiene aniquilar a una persona para defender los muros que hemos o queremos levantar los hombres? ¿Acaso no somos todos ciudadanos del mundo? y lo que es más importante, ¿qué es lo que nos legitima a hacerlo? la política, la religión, la superioridad de mí raza... Mario Conde en su libro "Cosas del Camino" tiene un aforismo que dice: "El consumidor de creencias es un traficante: entrega libertad real a cambio de falsa certeza y, además, tiene miedo de que el trato se pueda romper y renacer la angustia". La entrega de cotas de libertad en función de las creencias es un asunto delicado, se produce en personas con una personalidad débil que necesitan engancharse a no sé que tren de una ideología. Esta ideología no es más que el conjunto de intereses que soporta un sistema para que unos pocos puedan vivir de él y hacer sus negocios con el único fin de su enriquecimento personal; no importa incluso matar a otros seres para que nuestra trama de intereses perdure.
En estos últimos años hemos asistido en las autonomías de mayor corte independentista a una mayor profesionalización de sus dirigentes, personas que no han dudado estar todos los años que hicieran falta para poder consumir cotas de poder que le han permitido enriquecerse a costa de las ideologías por ellos defendidas durante años. Para poder permanecer dentro de la esfera del poder no han dudado en enarbolar las banderas de la diferenciación que han encubierto bajo el eufemismo de "hecho diferencial", mientras que en su lado B cerraban pingües beneficios con empresas "españolas" que son participadas por sus familiares más allegados.
Esta es la parte que todos estos señores que matan en pro de la libertad de su "nación" a cuanto se interponga por medio deberían de conocer de las personas que les dirigen. Pero claro, también se han gastado una cantidad grande de dinero en tapar todas estas cosas para que no salgan aireadas en los medios de comunicación social.
Volviendo a lo que nos ocupa y para finalizar, vuelvo a decir que cualquier derramamiento de sangre en aras a poner fronteras dictadas por no sé que oscuros intereses es un fracaso del ser humano como tal y que nos conduce al alejamiento entre los seres humanos. Es campo donde germina el odio, el rencor y todo una serie de semillas que son incompatibles con la convivencia entre los seres humanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni una gota de sangre más por cualquier ideología, religión o intereses comerciales. El hombre siempre libre; ante todo LIBRE. Un saludo